
Ya sea a través de legislación sanitaria o mediante organizaciones de consumidores, esta variable ha experimentado un incremento en su complejidad y exigencia a las empresas del sector de la alimentación. La tendencia es que siga aumentando el número de organismos, asociaciones y grupos que emitan normas y recomendaciones.
Las empresas dedicadas a la alimentación deben seguir de manera rigurosa los decálogos de buenas prácticas y las leyes que regulan la seguridad alimentaria de los consumidores, para garantizar que los productos servidos están libres de todo riesgo. La seguridad alimentaria se convierte pues en una obligación indispensable.
Con la finalidad de dotar a la empresa de mecanismos y procedimientos que reduzcan y minimicen los riesgos en este campo, Frutas Esparza cuenta con la certificación Global GAP desde 2007, la cual se renueva anualmente. Asimismo, se cuentan con adecuados protocolos de trazabilidad de los productos, es decir, en todo momento un consumidor de cualquier producto de la empresa puede conocer el lugar de procedencia del mismo, fecha de recolección e incluso hora y, partir de esa información, conocer todos los productos aplicados para su producción.
Es una variable clave de futuro dado que la exigencia, no solo de las autoridades, sino del propio consumidor creará una barrera de entrada a productores que no cuenten con este tipo de certificaciones que garanticen sus productos.
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